martes, 7 de diciembre de 2010

Una Larga Mañana de Jacques Prévert

Es terrible
el crujido del huevo duro al ser cascado contra el estaño de un mostrador
es terrible ese ruido
cuando resuena en la memoria del hombre hambriento
la cabeza del hombre hambriento
cuando a las seis de la mañana al mirarse
en el escaparate de Potín
ve una cabeza color polvo
sin embargo no es su cabeza lo que ve
en el escaparate de Potín
al hombre le importa un rábano su cabeza
no piensa en ella
sueña
imagina otra cabeza
una cabeza de ternera por ejemplo
de ternera a la vinagreta
o una cabeza de cualquier cosa comestible
y mueve despaciosamente las mandíbulas
despaciosamente
y hace rechinar los dientes despaciosamente
pues el mundo lo ignora
y él no puede nada contra ese mundo
y cuenta con los dedos uno dos tres
uno dos tres
hace tres días que no come
y por más que se repita desde hace tres días
Esto no puede durar
esto dura
tres días
tres noches
sin comer
y detrás de esos cristales
hay patés botellas conservas
pescados protegidos por las latas
latas protegidas por los cristales
cristales protegidos por la bofia
bofia protegida por el miedo
cuántas barreras para seis miserables sardinas
Un poco más allá está la cafetería
café con leche y croissants calientes
el hombre titubea
y en su cabeza
una niebla de palabras
una niebla de palabras
sardinas para comer
huevo duro café a la crema
carajillo de ron
café a la crema
café a la crema
¡café al crimen con gotas de sangre!...
Un hombre muy apreciado en su barrio
ha sido degollado en pleno día
el asesino un vagabundo le robó
dos francos
o sea un carajillo
cero franco setenta
dos rebanadas de pan con mantequilla
y veinticinco centavos de propina para el camarero

Es terrible
el crujido del huevo duro al ser cascado contra el estaño de un mostrador
es terrible ese ruido
cuando resuena en la memoria del hombre hambriento

jueves, 25 de noviembre de 2010

Dos Poemas Ingleses (poema II A Beatriz Bibiloni Webster de Bullrich) Jorge Luis Borges

What can I hold you with?
I offer you lean streets, desperate sunsets, the moon of ragged suburbs.
I offer you the bitterness of a man who has looked long and long at the lonely moon.
I offer you my ancestors, my dead men, the ghosts that living men have honoured in marble: my father’s father killed in the frontier of Buenos Aires, two bullets through his lungs bearded and dead, wrapped by his soldiers in the hide of a cow; my mother’s grandfather –just twenty four-heading a charged of three hundred men in Peru, now ghosts on vanished horses.
I offer you whatever insight my books may hold, whatever man-liness or humour my life.
I offer you the loyalty of a man who has never been loyal.
I offer you that kernel of myself that I have saved, somehow –the central heart that deals not in words, traffics not with dreams and is untouched by time, by joy, by adversities.
I offer you the memory of yellow rose seen at sunset, years before you were born.
I offer you explanations of yourself, theories about yourself, authentic and surprising news of yourself.
I can give you my loneliness, my darkness, the hunger of my heart; I am trying to bribe you with uncertainty, with danger, with defeat.

lunes, 22 de noviembre de 2010

La revolución es un sueño eterno. Andrés Rivera

¿Qué nos faltó para que la utopía venciera a la realidad? ¿Qué derrotó a la utopía? ¿Por qué, con la suficiencia pedante de los conversos, muchos de los que estuvieron de nuestro lado, en los días de mayo, traicionan la utopía? ¿Escribo de causas o escribo de efectos? ¿Escribo de efectos y no describo las causas? ¿Escribo de causas y no describo los efectos?
Escribo la historia de una carencia, no la carencia de una historia.

domingo, 16 de mayo de 2010

Amberes. Roberto Bolaño

De lo perdido, de lo irremediablemente perdido, sólo deseo recuperar la disponibilidad cotidiana de mi escritura, líneas capaces de cogerme del pelo y levantarme cuando mi cuerpo ya no quiera aguantar más.